Hockey: Un matrimonio de casi cincuenta años

La historia del hockey en el club BA comienza con la fundación del club Suri a mediados de la década de 1940. El club fue creado por un grupo de jugadoras del colegio Northlands, bajo la dirección de Joannie Cuthbert. La idea surgió después de la Segunda Guerra Mundial, cuando un grupo de jugadoras de la liga Old Northlanders decidió formar un nuevo equipo. En 1945, Suri jugó sus primeros partidos y rápidamente se unió a la Asociación de Hockey, destacándose por su vestimenta única con color mostaza y un escudo de ñandú, el símbolo elegido por el club.

En sus primeros años, Suri comenzó a competir en la Intermedia División de la Asociación de Hockey. Aunque el equipo tuvo un inicio difícil, lograron una victoria significativa en su debut oficial en 1946, con una victoria de 3-1 ante Central Argentino A. Este primer éxito fue una gran alegría para las jugadoras fundadoras, quienes habían superado numerosos obstáculos para formar el club y competir en el torneo.

A lo largo de su historia temprana, Suri se consolidó como un club destacado en el hockey femenino, reuniendo jugadoras de colegios británicos como Northlands, St. Hilda’s y Michael Ham. La presidencia de la Comisión fue asumida por Bourget de Fernández, quien destacó la importancia de mantener un comportamiento deportivo ejemplar, un principio que las jugadoras de Suri cumplieron con rigurosidad dentro y fuera de la cancha. El club continuó compitiendo en diversas categorías de la Asociación, mostrando un crecimiento constante en sus primeros años.

En 1958, Suri intentó expandir sus horizontes al formar un equipo masculino de hockey, aunque este proyecto fue efímero. A pesar de ello, el club se mantuvo como un pilar del hockey femenino en Argentina, destacándose por su espíritu competitivo y su compromiso con el desarrollo del deporte. La historia del hockey en BA, representada por Suri, fue marcada por el esfuerzo de sus fundadoras y su legado en la comunidad deportiva.

Suri

Suri comenzó su participación en la Intermedia en 1945 y logró el ascenso a Primera División en 1948, tras coronarse campeonas al vencer a Oragaití 2-1 en la última fecha. Con un récord de diez victorias, dos empates y ocho goles en contra, el equipo se destacó en la liga. En 1949, Suri debutó en Primera con un partido contra San Fernando, aunque perdieron 2-1. A pesar de este comienzo difícil, el equipo continuó mejorando y se consolidó en la Primera División, logrando buenos resultados a lo largo de los años.

El primer año en la Primera División fue desafiante para Suri, que terminó penúltimo en la tabla, pero con tres victorias y un empate, lograron mantenerse en la categoría. El club, que aún no tenía sede ni cancha propia, jugaba en diferentes instalaciones como Bunge y Born, en casi y en Bartolomé Mitre, que fue su base durante varios años. Durante ese tiempo, el club adquirió una reputación, y las jugadoras pasaban mucho tiempo buscando lugares para entrenar y jugar.

Suri no solo enfrentaba desafíos en el campo de juego, sino también en la organización. La falta de una sede propia hizo que el club fuera nómada por varios años. Además, se intentó comprar un terreno en Beccar para construir su sede, pero no se concretó debido a los riesgos de inundaciones. Eventualmente, Suri adquirió acciones en el Club Pueyrredón, pero problemas económicos impidieron que este acuerdo prosperara.

En la década de 1950, Suri se acercó al Buenos Aires Cricket & Rugby Club (BA) en busca de un lugar estable para entrenar y jugar. Aunque inicialmente no pudieron llegar a un acuerdo debido a la ubicación del club, la relación entre ambos continuó desarrollándose. Durante este tiempo, Suri se consolidó como uno de los equipos más fuertes en la Asociación de Hockey, aunque los títulos eran aún esquivos debido a la fuerte competencia de equipos como Quilmes, Sic, Belgrano y Hurling.

El Primer Gran Título

El primer gran título llegó en 1962, cuando Suri se coronó campeón de Primera División bajo la dirección de Ricardo Ruiz, su primer entrenador. Con 32 puntos en 18 partidos, Suri superó a Quilmes y celebró su primer campeonato. El equipo también logró el bicampeonato en 1963, enfrentando a Hurling en una emocionante final de desempate. Las jugadoras clave de ese equipo incluían a Marta Tarelli, Diana Bossart, Margaret Bossart y Mariela Gutiérrez, entre otras.

En 1967, el acuerdo entre Suri y el Buenos Aires Cricket & Rugby Club (BA) se concretó, permitiendo que Suri tuviera un espacio para competir oficialmente. Las jugadoras de Suri, muchas de las cuales eran hijas o novias de los dirigentes de BA, encontraron en este club un lugar para jugar y desarrollarse. Gracias a este acuerdo, el club pudo disponer de una cancha de hockey exclusiva y unirse a las competiciones oficiales de la Asociación de Hockey, lo que marcó un hito en la historia del club y permitió la participación de algunas de sus jugadoras en selecciones nacionales.

El acuerdo con la Asociación de Hockey

A fines de los años 60, los cambios en las normas de la Asociación de Hockey pusieron a Suri en una situación complicada, ya que, a pesar de sus logros deportivos y prestigio, carecía de sede, cancha y personería jurídica. La solución fue integrarse al Buenos Aires Cricket & Rugby Club (BA), aunque eso implicó comenzar desde la Tercera categoría como si fuera un club nuevo. Gracias al apoyo de figuras clave como Alejandro Arriaga y Juan Pinilla, y a la modificación de los estatutos del BA, el hockey se incorporó oficialmente como actividad deportiva en 1969.

Nueva Generación de Ganadoras

Durante los años 70, Suri-BA se consolidó como potencia en el hockey femenino argentino, con jugadoras clave como Dawn Taylor, Sylvia Chafuen y Silvia Sly presentes en la selección nacional que logró el tercer puesto en el Mundial de 1972 en Barcelona. Ese mismo año, Taylor fue reconocida con el Olimpia de Plata. El club obtuvo tres títulos entre 1976 y 1981, destacándose el de 1976 por su récord de puntos, y continuó mostrando su dominio al consagrarse campeón en el torneo del 70° aniversario de la Asociación Argentina de Hockey en 1978.

Gira previa al título

En 1980, el equipo femenino de hockey de BAC&RC realizó su primera gran gira internacional, recorriendo el Caribe, Estados Unidos y México. Este viaje no solo fortaleció al grupo en lo deportivo como pretemporada, sino que también afianzó vínculos personales que perduraron en el tiempo. Ese mismo año lograron un nuevo campeonato, que luego revalidaron en 1981 con el bicampeonato tras vencer a GEBA. Ya consolidadas, en 1986 ganaron la Copa de Honor, anticipando un gran 1987 en el que se consagraron campeonas de Primera División, en un contexto de transición del club a San Miguel.

El equipo mantuvo su racha triunfal en 1988, completando dos años y 41 partidos sin conocer la derrota, y logrando el título en la última fecha frente a San Martín. Con una sólida defensa y un gran contragolpe, contaron con figuras como Miriam Alonso, Griselda Belmonte, y Moira Brinnand. Ese mismo año, el hockey femenino debutó en los Juegos Olímpicos de Seúl, y el club tuvo el orgullo de contar con tres representantes: Brinnand, Marisa López y Claudia Médici.

Tiempo de recambio

Tras el último campeonato obtenido en los años 80, surgió una nueva camada de jugadoras que mantuvo a BAC&RC en los primeros puestos del hockey nacional, aunque sin títulos de Primera. Bajo la conducción de Daniel Portugués y luego Claudia Médici —quien hizo historia como la primera entrenadora mujer del equipo—, el club ganó la Copa de Honor en 1990 y protagonizó destacadas campañas. En 1993 realizaron una gira inolvidable a California, donde combinaron turismo, lluvia, anécdotas y partidos ante universidades norteamericanas.

Durante esos años, los equipos juveniles y de Primera comenzaron a lucir oficialmente los colores azul y rojo del club. En 1995 debutó en Primera Maripi Hernández, una de las grandes jugadoras del hockey nacional. Además, el equipo de Cuarta División comenzó a participar en el torneo internacional Golden Oldies, que las llevó a ciudades como Christchurch, Dublín y Brisbane, y que en 2007 tuvo su edición en Rosario. En cada viaje, se reforzaron los vínculos entre generaciones de jugadoras, sumando anécdotas y espíritu de equipo.

En 1999, Maripi Hernández obtuvo la medalla de oro en el Panamericano de Winnipeg, y al año siguiente representó al país en los Juegos Olímpicos de Sídney, donde Las Leonas consiguieron la medalla de plata. Claudia Médici fue la manager del equipo y ambas fueron premiadas con el Olimpia de Plata, y el seleccionado femenino, con el Olimpia de Oro. A la par del crecimiento del hockey nacional, el club enfrentaba desafíos estructurales, especialmente la necesidad urgente de contar con una cancha de césped sintético, ya que entrenaban y jugaban en sedes ajenas como Banco de Desarrollo.

Para el año 2000, la falta de infraestructura propia comenzó a pasar factura: jugadoras que no conocían el club, materiales de entrenamiento que se trasladaban de un lado a otro, y una escuelita que entrenaba en césped común mientras el hockey evolucionaba hacia lo sintético. Esa advertencia, plasmada en la memoria del club, se volvió más relevante en 2014, cuando el hockey en BAC&RC creció exponencialmente con más de 400 jugadoras, pero aún sin una cancha propia de superficie sintética. La mudanza a San Miguel, sin el equipamiento necesario, fue una barrera en el desarrollo deportivo.

Una luz en el camino

En 2006, el club dejó de jugar como local en Banade y pasó transitoriamente al CENARD, mientras comenzaban las obras para su esperada cancha de césped sintético en el nuevo predio de la calle Uruguay. Aunque ese año ganaron un torneo de pretemporada, casi descienden. En 2007, durante los festejos por los 60 años del Suri Hockey Club, se celebró con partidos simbólicos entre generaciones y la presencia de históricas figuras como Dawn Taylor y Maripi Hernández, ambas orgullosas portadoras del Olimpia de Plata por sus logros en el hockey femenino.

12 de Agosto del 2007: Día histórico

En una fría y ventosa mañana se inauguró oficialmente la tan esperada cancha de césped sintético de hockey, marcando un hito para el club. El evento contó con la presencia de toda la comunidad del hockey, un desfile de divisiones acompañado por gaitas escocesas y emotivos reconocimientos. El presidente Javier García Iturralde, junto a históricas figuras como Joan Cuthbert e Inés Bereciartúa, encabezó el corte de cinta. En su discurso, destacó el esfuerzo de ocho años sin cancha propia y alentó a las jugadoras a llenar ese nuevo espacio de sueños, goles y el espíritu deportivo que siempre definió al club.

Por dos caminos

El mismo año en que el club estrenó su cancha de césped sintético, descendió de Primera División tras casi cincuenta años, marcando el cierre de una etapa dorada con jugadoras emblemáticas como Gaby Pazos y Maripi Hernández. A pesar de los descensos, el crecimiento de nuevas jugadoras continuó, iniciando una nueva historia de esfuerzo y pertenencia. En 2009 volvió al club un grupo de exjugadoras para formar la línea B, y en 2014, ambas líneas protagonizaron un emotivo partido inaugural del torneo, con un homenaje a Mariela Gutiérrez, figura central del club, cuya memoria quedó eternizada al darle su nombre a la cancha.

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